El Café Brasil

Alberto Torrejón Valenzuela

2025/04/20

Categories: textos Tags: Café Matemáticas

El Café Brasil de Sevilla

“Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo.”Voltaire

No sé si conoceréis la historia del Café Escocés de Lwów, Lviv o Leópolis en la actualidad. La comunidad matemática más cafetera, seguro que sí. Pero para aquellos que no, el Café Escocés de Lwów fue el epicentro de una de las tertulias matemáticas más memorables y fructíferas de la historia, a la que solo la guerra pudo poner fin.

En esta ciudad acabaron confluyendo una alta representación de matemáticos que, entre otras cosas, tienen teoremas con nombres propios, de los que se estudian en el primer año del grado en Matemáticas. Ha trascendido que eran bien conocidas las acaloradas tertulias matemáticas que allí tenían lugar. El instrumento principal de un matemático es el papel, y cuando no lo hay, todo sitio es bueno para darle cuerpo a tu idea. Es por ello que, para no perder el contenido de las mesas de mármol al cierre de la cafetería, se empezó a dar forma al conocido como Cuaderno Escocés. Este cuaderno comenzó a recopilar los problemas discutidos en cada sesión, con un total de 197 problemas, algunos de los cuales guardan historias muy dispares.

Hay veces que uno vive en una rutina diaria, que asume que su burbuja es la cotidianidad, y es solo cuando uno sale de ella que empieza a enlazar conexiones de su realidad con otras. Sí, así es, hay un símil con el Café Escocés en Sevilla, muy cerca del Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla (IMUS), de la Facultad de Matemáticas.

El Café Brasil es una de las cafeterías en las que muchos matemáticos y matemáticas, de los departamentos de la Facultad (muchos también miembros del Instituto de Matemáticas), suelen ir a tomar café. Tras los del Departamento de Álgebra, llegan los de Ecuaciones Diferenciales, y los estudiantes de doctorado solemos ser los últimos en irnos. Por allí pasan desde Topología y Geometría hasta Estadística e Investigación Operativa. Se llevan a invitados y las conversaciones giran en torno a novedades mientras Ana y Cristina siempre te reciben con una sonrisa y un buen café.

Cierto es que puede que esa cafetería sirva como la pausa que precede o sigue a la discusión matemática más que la que la potencie, pero algo es seguro: por esa cafetería han pasado, pasan y seguramente seguirán pasando matemáticos y matemáticas de mucho nivel.


Si queréis saber más sobre el Café Escocés, os referencio el libro del profesor Antonio J. Durán, Catedrático del Departamento de Análisis Matemático de la Universidad de Sevilla, “Pasiones, piojos, dioses… y matemáticas”. Si queréis saber más sobre el Café Brasil, os recomiendo que vayáis y probéis su tarta de queso… si tenéis suerte.

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